Dicho espacio está planeado para hacerse en el norte de la ciudad y será un punto importante para que las personas hagan deporte y respiren aire puro..
Bogotá se prepara para estrenar el parque más grande de su historia: el Guaymaral, un proyecto que contará con 170 hectáreas de zonas verdes, superando al tradicional Simón Bolívar, que tiene 113.
Este nuevo pulmón urbano promete convertirse en un punto de encuentro para el deporte, la cultura y la naturaleza, beneficiando a miles de ciudadanos en el norte de la capital.
El diseño contempla 45 kilómetros de senderos para caminar y montar en bicicleta, praderas abiertas, bosques nativos y áreas de conservación alrededor de las quebradas Patiño y Aguas Calientes.
Además, el parque incluirá una concha acústica con capacidad para 5.000 personas, una pista de BMX, zonas para deportes extremos, canchas múltiples y espacios dedicados al descanso y la contemplación.
Uno de los componentes más ambiciosos del proyecto será la restauración del humedal Torca-Guaymaral, que quedará integrado como el corazón ecológico del parque. De esta forma, el Guaymaral se consolidará como un gran corredor natural que conectará los cerros Orientales con el sistema de humedales del norte de la ciudad.
Con el parque Guaymaral, la capital no solo sumará su espacio público más grande, sino también un modelo de integración urbana y ambiental que marcará un antes y un después en la manera de planificar la ciudad.
Ubicado entre la calle 183 y la 246, y entre la carrera Séptima y la futura avenida Boyacá, el parque forma parte del plan de desarrollo Lagos de Torca, una estrategia que busca ordenar la expansión urbana del norte y crear espacios sostenibles para los ciudadanos. Su epicentro estará en la carrera Séptima con calle 207, un punto clave en el crecimiento de la nueva Bogotá.

El proyecto también contempla nuevas vías de acceso, como la avenida Polo Oriental y la avenida Santa Bárbara, que facilitarán la llegada de visitantes desde distintos sectores de la ciudad. Con esto, las autoridades esperan reducir el déficit de zonas verdes y mejorar la calidad de vida de los habitantes del norte.






